Excursiones Infantiles en Huesca

LEYENDA

LA BRUJA QUE SE CONVIRTIÓ EN LIEBRE

Cuentan que en Aisa, al norte de San Juan de la Peña, tres cazadores encontraron por el monte un vestido de mujer abandonado. En vez de recogerlo y bajarlo al pueblo para ver a quién se le había perdido, decidieron dejarlo en el sitio pero con un rosario encima, pues sospechaban que fuera de una bruxa.

Se escondieron tras una mata de boj cercana y esperaron a ver llegar a la dueña del traje. Ellos pensaban que se habría convertido en gato o en lobo, como era costumbre. Al momento, sin embargo, se acerco hasta la ropa una liebre. Su primer impulso, puesto que iban de caza, fue dispararle, pero uno de ellos lo impidió y siguieron escondidos. La liebre dio unas cuantas vueltas al vestido, miro en todas direcciones, y al fin vio a los mozos. En vez de huir, se dirigió hacia ellos y les pidió, con voz de vieja, que quitaran el rosario de su ropa, pues si no, no podría cogerla ni vestirse. Le dijeron que si, pero antes debía explicar de dónde venía y qué había hecho.

Ya sabéis que las brujas se convierten en animales para «ir a dar mal», pero tal vez desconozcáis que en estas tierras, cuando eran descubiertas, se les podía pedir que aliviaran el hechizo.

La liebre les conto que venía de Borau de «dar mal” a un niño, y le hicieron prometer que volvería a esa casa y quitaría el mal al pequeño. Y así lo hizo, volviendo al poco rato al monte, donde la esperaban los mozos y el vestido. Una vez comprobado que había deshecho su maleficio, le quitaron el rosario de encima de la ropa, y la bruja se convirtió de nuevo en una vieja desconocida, que se vistió y desapareció. Y cuento contau, por a chaminera se ha escapau.

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